Carta desde la
Misión (7)
Que los
cañaverales proclamen la gloria del resucitado
Queridos amigos de
la misión.
“Recuerda Señor que
tu ternura y tu misericordia son eternas” (Salmo 24).
Cuaresma en la
misión: también aquí ha empezado la Cuaresma. Por estos
campos y bateyes la ceniza y el corazón quebrantado indican que algo nuevo está
naciendo, de la misma manera que milagrosamente ha vuelto a retoñar la caña
después del huracán. A través de signos muy humildes, casi imperceptibles, Dios
Padre nos quiere preparar al sacrificio de su Hijo en el Gólgota de la pasión
redentora.
Quizá os ocurra a
vosotros como a mí, donde quiera que leáis esta carta, que a veces parece, por
lo mal que está el mundo, como si la cruz no hubiese servido para nada. Miramos
lo que nos rodea y nos preguntamos si este era el plan de Dios para la
humanidad, para la Iglesia, a las puertas del tercer milenio.
Este tiempo santo
nos invita a actualizar la fe bautismal cuyas promesas renovaremos la noche de
la Vigilia Pascual. Somos llamados a examinar nuestra esperanza teologal: ¿en
qué o en quién he puesto mi esperanza? No nos vendría mal a todos un serio
examen de nuestra esperanza de conversión, nuestra esperanza de alcanzar la
santidad a la que el Padre desde toda la eternidad nos ha llamado. ¿De verdad
me creo que estoy llamado aquí y ahora a la santidad? ¿Soy capaz de mirar a
cada persona con la mirada de Dios que la ha creado para ser santo? Creerse o
no creerse que estamos llamados a la santidad, creerse o no creerse que cada
persona que pasa a mi lado está llamado a la santidad es fundamental para que
la cruz redentora de Cristo no quede en rama estéril sino que se convierta en
árbol fecundo con fruto de vida eterna.
¡Agua y más agua!: Si la
falta de agua (no digamos potable) era ya un auténtico drama por estas pobres
tierras, después del huracán la escasez de agua se convirtió en una verdadera
pesadilla. Los que habéis leído cartas anteriores quizá recordéis que desde la
primera hemos hablado de esta tragedia. El huracán, al derribar los molinos de
viento para sacar el agua, que aún funcionaban, sencillamente agravó el
problema hasta límites insoportables.
Era tan triste ver
a multitudes de niños, jóvenes y mayores cargando cántaros de agua kilómetros y
más kilómetros. En concreto, al campo de El Manguito acudía gente de diez
comunidades diferentes desde el amanecer a la noche. Un grupo de amigos que
vinieron a ver la situación desde Santo Domingo se llevó una muestra del agua
de ese pozo para ser analizada en laboratorio y los análisis dieron como
resultado que eso más que agua era un acuario por la cantidad de bacteria que
contenía el agua. Por tener, tenía hasta heces humanas.
Por una serie de
contactos providenciales pude entrevistarme con el director ejecutivo de INAPA
que es la oficina del gobierno para todo lo concerniente con el agua en todo el
país. Nos prometió mandar un equipo de ingenieros que evaluara la situación.
Pude acompañarles en sus visitas a los diferentes campos y bateyes. Cual no
sería mi sorpresa cuando me dijeron: “padre, las órdenes que tenemos del
director es que usted nos lleve a todas las comunidades que necesitan un pozo
de agua, que nos haga la lista de todos los pozos que quiera, ya que se ha
decidido quitar todos los molinos de viento (se habían caído todos con el
huracán además de que la mayoría no funcionaban) y poner una bombas
sumergibles, un generador de electricidad y un depósito para el agua de 1.500
galones en cada campo”. Yo no cabía en mí de felicidad.
La inversión de
INAPA en los campos y bateyes de esta parroquia será de cinco millones de pesos
(unos cincuenta millones de pesetas). Ya tenemos terminados unos doce pozos y
siguen trabajando en los demás hasta treinta y cinco que van a instalar. No os
imagináis la alegría de las gentes de tener un pozo de agua en sus propias
comunidades.
“Los fue mandando
de dos en dos”: Actualizando el
mismo envío que Jesús hizo de su primeros discípulos a evangelizar, durante la
celebración de la Misa del miércoles de ceniza dimos inicio a una gran misión
por todo el pueblo de Los Llanos. El consejo parroquial señaló la
evangelización del pueblo como objetivo prioritario para este tiempo litúrgico
y para ello se pidieron voluntarios en las Misas dominicales anteriores. Se
ofrecieron sesenta personas entre jóvenes y adultos.
Hubo un equipo
coordinador que se responsabilizó de dividir el pueblo por barrios y calles. A
cada pareja se le asignó un sector y al finalizar la Eucaristía se les fue
enviando de dos en dos. El objetivo es convertir la Cuaresma en una gran
misión. Se emplearán las dos primeras semanas en visitar cada casa del pueblo
con un temario completo de evangelización, una pequeña catequesis con cada
familia, anotar los sacramentos que le faltan a cada miembro y una invitación a
formar parte de una comunidad.
La tercera semana
coincidirá con la novena de San José patrono de nuestra parroquia, en la que
tendremos cada noche un sacerdote diferente con un tema definido. A
continuación quedarán constituidas las comunidades nuevas. Ya tenemos en el
pueblo cinco comunidades formadas. Se reúnen gentes de un mismo barrio todos
los jueves por la noche, hay un dirigente y una secuencia de charlas
comunes que se sigue en todas por
igual. Rezamos para que como fruto de la misión surjan otras cinco en barrios
más marginados. La misión terminará el viernes antes del domingo de ramos con
el acto penitencial para el que contaremos con la ayuda de los sacerdotes de
alrededor para las confesiones, ya que esperamos que sean muchísimos los que se
beneficien de este sacramento. Encomendad os lo ruego esta misión en vuestras
oraciones y sacrificios.
“Vamos, que es
tiempo de caminar”: Con estas palabras de santa Teresa de Jesús
anunciamos a toda la parroquia que, como fruto de la gran misión parroquial,
vamos a repetir la peregrinación del año anterior al santuario del Cristo de
Bayaguana. Recordando la gran peregrinación del pueblo de Israel por el inmenso
desierto hacia la tierra prometida, también nosotros queremos aprovecharnos de
esa práctica ascética como parte de nuestra misión cuaresmal. Como recordaréis
por cartas anteriores ya hicimos la peregrinación el año pasado y a petición
popular la queremos repetir este año. También la parroquia de El Puerto con el
padre Antonio a la cabeza, se unirá a nosotros y al llegar a Bayaguana
concelebraremos la Santa Misa.
Dios me ha regalado
dos niños: Como recordaréis, fruto de la misión del año pasado
quedo establecido un grupo de treinta evangelizadores en los bateyes que siguen
trabajando fielmente miércoles y viernes. En uno de los bateyes encontraron los
evangelizadores un niño abandonado de nueve años que vivía sólo con su
padrastro, no le daban de comer, lo mataba a palos, iba vestido con un andrajo.
Las mismas vecinas - paupérrimas todas ellas - por piedad le daban las ya de
por sí escasísimas sobras de sus comidas. Me insistían repetidamente que fuera
al batey de Contador a verle. Fuí por fin y cuando me lo trajeron me dijo
simplemente: “llevame contigo”. No lo dudé dos veces, lo metí en la
camioneta y me lo traje a Los Llanos.
A la mañana
siguiente me avisaron que había una niña en idénticas circunstancias en el
batey de Paloma, la misma historia, una niña de siete años que vivía en miseria
y abandono similar con su padre. Era huérfana de madre.
Así que sin pensármelo
dos veces me los traje a la parroquia. Fue aquí donde pude ver - una vez más -
la grandeza de los pobres. No tuve más que pedirle a dos familias humildes de
Los Llanos que me recibieran una a la niña y la otra al niño para que fueran
acogidos inmediatamente en sendos hogares. En la casa de los pobres siempre hay
sitio para uno más, comida para un niño más, amor para un niño más.
Al día siguiente
llamé a la abogada de la diócesis para contarle entre otras cosas que me había
traido a dos niños de los bateyes, se quedó muda de estupor y me dijo: “padre,
acaba usted de secuestrar a dos niños según la ley dominicana” , a lo que
le contesté: “me da igual, dime que es lo que tengo que hacer porque estos
niños no vuelven a los bateyes”. Al día siguiente nos fuimos al palacio de
justicia de San Pedro y le presentamos el caso al juez, que sencillamente me
dijo que se fiaba de mí, que buscase dos familias responsables y que me
concedía a mí la custodia de los niños.
Como os decía al
principio, tengo dos niños: Alberto y Marina. Esperamos bautizarlos la noche de
la vigilia pascual.
Mi más grande
alegría: Gautier. Cuando se viene de Santo Domingo a Los Llanos,
Gautier es el primer pueblo que uno se encuentra. Ya os he hablado
repetidamente de esta comunidad y debo seguir haciéndolo porque sigue dando
frutos extraordinarios.
A primeros de
febrero hemos comenzado la construcción de la iglesia, nos hemos lanzado sin
tener los mínimos fondos para ello. Esperamos que sea una iglesia preciosa y
grande. La capacidad es de trescientas persona sentadas. Pensad que cuando
celebré la primera Misa a finales del 97 sólo había cinco mujeres que aún
practicaban la fe. Ya tenemos más de cien personas que asisten a la Misa los
primeros domingos de mes. Para mi es sencillamente un milagro. No tengo otras
palabras para explicarlo.
Además de una
iglesia estamos construyendo una pequeña vivienda para que cuando sea necesario
pueda hospedarse un sacerdote o un grupo de evangelizadores. En total, el
presupuesto de esta obra, sin contar el interior (bancos, altar, etc...) es de
200.000 dólares. No tenemos en estos momentos ni la cuarta parte de los fondos
necesarios por lo que os ruego que esta Cuaresma de 1999 hagáis todos un
esfuerzo mucho mayor para ayudarnos a terminar este proyecto. Si no nos fallan
los fondos esperamos que esté terminada para finales de mayo.
No he recurrido a
ningún organismo internacional porque quiero que sea la caridad vuestra la que,
ladrillo a ladrillo, vaya construyéndole una casa al Señor. También he
recurrido a amigos aquí en República Dominicana que están dispuestos a echar
una mano. De entrada, el ingeniero que está dirigiendo la obra lo está haciendo
totalmente gratis.
Es imposible que os
explique la alegría de la gente, se cumple lo del salmo: “los que sembraban
con lágrimas cosechan entre cantares”. Quisimos regalarle a Jesús “piedras
vivas” antes de comenzar la construcción, así que el día anterior al comienzo
de la obra, primer domingo de febrero, tuvimos las primeras, primeras
comuniones de diecinueve niños en muchos años. Tuvieron lugar en el mismo solar
donde al día siguiente empezaba la obra de la iglesia.
Más aún, y por si
fuera poco, son ahora los laicos de Gautier los que están saliendo a
evangelizar a los bateyes y campos de su alrededor. Fui con varias señoras a
visitar varios bateyes nuevos (nuevos porque los acabo de encontrar, donde
jamás habían visto a un sacerdote en su vida, una Misa, catecismo, bautismo,
nada). Nos comprometimos a enviarles un grupo de evangelizadores todos los
jueves. Para mi gran alegría, el jueves pasado fueron once, entre mayores y
jóvenes, más de una hora andando por un carril de caña, hasta llegar al batey.
Ha sido tal el éxito que a partir de la semana siguiente les voy a enviar una
de las camionetas para que pueda ir todo el equipo.
¡¡NECESITO VUESTRA
AYUDA PARA GAUTIER!!: En concreto necesitamos vuestra ayuda
urgentemente para que no se pare la construcción de la iglesia. Estos son los
datos:
La construcción de un templo y una vivienda
adyacente en la comunidad de Gautier:
Lugar: Gautier
(municipio y parroquia de san José de Los Llanos).
Situación: En la carretera
Mella junto al cruce de Boca Chica.
Proyecto: Edificación de
una iglesia y una vivienda adyacente.
Presupuesto: 3.000.000 de pesos.
Terreno: 2.000m² donados
por el CEA.
Es esta una
necesidad urgente porque Gautier es la población más grande de la parroquia
después del pueblo mismo de Los Llanos. Tiene una población de casi tres mil
habitantes, está en continuo crecimiento y ha estado completamente abandonado
por la Iglesia Católica durante muchos años. Hasta que llegué hacía más de diez
años que no se había celebrado la santa Misa de manera regular o ninguno de los
demás sacramentos.
Muchos habéis
preguntado por el nombre de esta nueva iglesia. Deseo dedicársela a la
Santísima Virgen María como signo de nuestro amor a ella, estrella de la
evangelización y reina de las Américas. Se llamará Santa María, Madre de la
Misericordia. A Ella le debo todo lo que soy, el don de la vida cristiana y el
don de mi sacerdocio. A Ella le he consagrado mi vida y estos humildes
esfuerzos apostólicos desde que llegue a la misión de Los Llanos
El camión:
Gracias a unos buenísimos amigos de mi hermano estamos a la espera de un camión
de doble tracción y una caja de catorce pies. Lo necesitamos urgentemente
porque para las muchas obras que tenemos en marcha es indispensable. Lo
necesitamos con una segunda intención y es el transporte de evangelizadores a
los rincones más remotos de la misión con lo cual lo podemos convertir en
vehículo de pasajeros. De ahí que sea indispensable que sea de tracción de
cuatro ruedas. Después de mucho investigar he descubierto que no existen
autobuses de 4X4 por lo que he pensado que el camión podría hacer las veces de
autobús para los misioneros. Los que vinieron el verano pasado saben que, por
la cantidad que eramos, no había manera de que pudiésemos caber todos y muchos
iban y venían medio colgando y perdidos de barro.
Una vez más y de
todo corazón, a los que se están esforzando por encontrar los fondos que faltan
para el camión ¡mil gracias! Y que Dios os lo pague.
Fundación Misión de
la Misericordia: Desde finales del verano pasado estamos trabajando
por el establecimiento de un marco legal para muchas de las actividades que se
están llevando a cabo en favor de la misión de Los Llanos. Para ello, hay un
grupo de personas que están organizando el establecimiento de una fundación. Es
una estructura muy sencilla que pretende canalizar las ayudas materiales y de
personal en favor de la misión.
Se llamará: Fundación
Misión de la Misericordia. Tendrá diversas finalidades: a) Cuando así nos
lo conceda el Ministerio de Asuntos Sociales, cualquier donación hecha a la
Fundación podrá desgravarse de los impuestos. b) Se podrá abrir una cuenta
bancaria a nombre de la Fundación y a ella se dirigirán las donaciones en vez
de a mí personalmente. C) Ayuda a la hora de enviar los donativos fuera de
España. d) Facilita el trabajo cuando se solicita ayuda a gente que no nos
conoce puesto que siempre quieren saber el nombre del organismo y no de un
individuo.
Lo más importante
es que esperamos que alrededor de la Fundación surja un movimiento de gente de
toda clase y condición que se sienta llamado, como espiritualidad, a
consagrarse a colaborar en la misión. Por supuesto que muchísimas personas no
podrán venir aquí o al menos de manera repetida, pero es muchísimo lo que
podréis hacer por ayudar. Los primeros beneficiados seréis vosotros.
En este sentido es
importantísimo recalcar que no sólo necesitamos ayuda económica, sino que la
Fundación pretende ser un lugar de encuentro, de oración y sacrificio por la
misión. Nos puede ayudar a todos la Fundación a descubrir que la vocación y
espiritualidad bautismal es esencialmente misionera. A todos nos puede hacer un
inmenso bien comprometernos con la misión, porque aunque nunca vayamos a
misiones, nos ayudará a vivir con verdadera conciencia misionera nuestra
llamada a la santidad.
Los misioneros:
Quisiera animar a todos los que se están planteando la posibilidad de venir en
verano a no desanimarse ante las dificultades que pudieran encontrar. Nada
puede tomar el lugar del entusiasmo. Tenemos que animarnos unos a otros. Quizá
conozcamos otros que estén interesados y a quienes Jesús les esté invitando a
ser con Él “pescadores de hombres”.
Espero que a
finales de mayo podamos encontrarnos en Madrid los que vamos a participar este
verano en la misión de Los Llanos, en un retiro que nos ayude a conocernos,
compenetrarnos, unirnos más y rezar los unos por los otros. Para quien necesite
más información puede ponerse en contacto con Teresa Parladé al (609) 171-197 o
puede también escribir un mensaje a su E-mail: tparlade@teleline.es
.
“Os daré
pastores...”: Con estas palabras del profeta Jeremías os anuncio
una gran alegría. Desde finales de noviembre somos cuatro sacerdotes de Toledo
en vez de dos, ya que Don Francisco, Arzobispo de Toledo, autorizó a los padres
José María Cabrero y José Zarco, dos buenísimos amigos nuestros y compañeros de
seminario, a venir a trabajar a nuestra diócesis de San Pedro.
Estaban
originalmente destinados a Cuba, pero como sus visados tardaban, solicitamos
que vinieran a trabajar con nosotros en vez de estar esperando la visa en
Toledo. El obispo de aquí en seguida les ha asignado sendas inmensas parroquias
que estaban totalmente desatendidas por la tremenda escasez de clero. La ciudad
de san Pedro pasa ampliamente de los doscientos mil habitantes y hasta la
llegada de estos dos, sólo había tres sacerdotes además del obispo.
Nos reunimos los cuatro
semanalmente y nos hace un grandísimo bien. Nos confesamos, oramos juntos,
concelebramos la Santa Misa, intercambiamos experiencias. Estos dos sacerdotes
son un regalo maravilloso para esta porción del pueblo de Dios, quiera Él que
puedan quedarse mucho tiempo entre nosotros.
Ya os decía en la
primera carta que lo que más hacía falta aquí en la misión no se puede comprar
ni con todo el oro del mundo porque lo más necesario son los sacerdotes. Seguid
orando por esta intención, aún necesitamos muchos más. Yo mismo lo necesito
urgentemente para esta parroquia.
El otro gran
proyecto: Residencia de misioneros y casa de retiros.
Lugar: En el mismo
pueblo de San José de Los Llanos,
Situación: Junto a la
iglesia parroquial y la casa curial, en terrenos que ya son propiedad de la
parroquia.
Proyecto: Residencia de
misioneros que sirva de casa de retiros.
Presupuesto: No lo tenemos aún
dado que se están todavía ultimando los planos del arquitecto.
Terreno Dentro de los
terrenos que son propiedad de la parroquia. El terreno disponible para esta
edificación consta de 2.000m² que ya son propiedad de la parroquia.
Este proyecto es
también prioritario porque esperamos recibir un gran número de misioneros
voluntarios este verano y no tenemos un lugar adecuado para hospedarlos. Si no
disponemos de una condiciones mínimas para la logística corremos el riesgo de
la dispersión y de perder mucho tiempo a causa de las dificultades de hospedaje
(falta de baños suficientes, lejanía de la parroquia y el comedor, etc...).
Una segunda
finalidad para este proyecto es que durante el año se podría utilizar para
retiros de fin de semana, encuentros, convivencias, cursos de formación de toda
índole, que ayudarían inmensamente al progreso espiritual y humano de la
parroquia. Más aún, sería un lugar abierto a toda Diócesis de San Pedro, ya que
en toda ella no existe una sola casa de retiros.
Cuaresma, pedir
perdón a Dios: Sin lugar a duda la cuaresma es tiempo de gracia
muy especial. Dios Padre que busca al hombre, a cada hombre y el hombre que se
deja alcanzar por el flechazo de su amor herido. Este tiempo nos ayuda a vivir
lo que santa Teresa de Jesús pedía a sus novicias: “sólo os pido que le
miréis”. Yo me atrevo a pediros sencillamente eso, que miréis a Cristo en
los pobres. Que miréis a cada pobre con la mirada y la ternura con que le mira
Dios Padre, donde contempla el rostro desfigurado de su propio Hijo
crucificado. Os pido que tengáis las entrañas de madre que tiene la Santísima
Virgen María, os pido que os preguntéis: ¿qué pensará la Virgen cuando ve el
sufrimiento de los pobres? ¿qué sentirá su corazón de madre?
El Papa lo ha
destacado en su mensaje de cuaresma con un grito verdaderamente dramático: “no
hay sitio en la mesa de los epulones de este mundo para tantísimos lázaros
que hoy no tienen nada”. En nombre de Cristo pobre y abandonado os ruego que no
os gastéis más que lo estrictamente necesario en vosotros mismos para dar a los
demás de aquello de lo que no somos dueños sino administradores y por tanto, de
lo que tendremos que dar estrecha cuenta todos.
Mirad, la pobreza
es horrible, la miseria de estas gentes y de la de sectores enteros de la
humanidad es intolerable. Ni vosotros ni yo tenemos la receta mágica para
erradicarla. No perdamos el tiempo especulando sobre las virtudes y las lacras
de la economía de mercado o el colectivismos, eso, mis amigos, quizá haya
tranquilizado alguna conciencia circunstancialmente molesta o llenado algunas
horas de confortable tertulia después de una opípara cena, pero jamás le ha dado
de comer a nadie, ni ha solucionado nada.
La cuaresma nos
pide cambiar el corazón, mirarnos en el espejo del evangelio y decirnos a
nosotros mismos que somos unos egoístas y unos vividores de lo ajeno. También
la Madre Iglesia y sus pastores los primeros, tenemos una urgente necesidad de
convertirnos para no dar escándalo. No me he sentido más ridículo en mi vida
como sacerdote que cuando me pongo a defender las riquezas de la Iglesia, de
los templos de los obispados o del mismísimo Vaticano. Un día me sentí tan
sumamente ridículo que me propuse jamás volver a defender lo indefendible para
darle sencillamente la razón a quien la tenía... y punto. Por cierto, que si
alguno, por un mal entendido “amor a la Iglesia” o la “conciencia clerical de
casta” piensa que este comentario es irreverente, sencillamente le recomiendo
la lectura de los Padres de la Iglesia o los Memoriales al Concilio de
Trento de san Juan de Ávila. Además, la apertura del proceso de
canonización de don José Rivera, sacerdote santo de la diócesis de Toledo en
noviembre pasado y el de la Madre Teresa de Calcuta en estos días, debería
hacernos pensar un poco. A ellos, sobre todo el clero y las monjas, les
llamaron “exagerados” a lo que don José respondía: “para el mediocre, hasta
lo más pequeño le parece una exageración”.
El mal está en el
egoísmo del hombre, en su incapacidad para que el bautismo que todos hemos
recibido, haga de nosotros “una sola cosa” (Jn 17) como pidió Jesús la noche
antes de morir de amor por nosotros. Pero ¡¡explicadme como una persona de
mediana buena voluntad se puede creer que los cristianos pensamos que en la
Iglesia todos “somos uno” cuando unos banquetean espléndidamente mientras que
otros se mueren de hambre, muchas veces por patronos que pretenden llamarse católicos!!
Por eso os lo ruego
con el grito más dramático que pueda salir del corazón de un aprendiz de
misionero como soy yo: ¡¡POR EL AMOR DE DIOS AYUDADME CUANTO PODÁIS QUE LOS
POBRES NO PUEDEN ESPERAR HASTA MAÑANA!!
“Pensamos que usted
ya no volvía”: Si alguno lector ingenuo de estas cartas piensa que
la obra misionera de la Iglesia Católica en San José de Los Llanos va de
triunfo en triunfo y de éxito en éxito, permitidme que os diga que nada más
lejos de la realidad. Aquí va un ejemplo bastante triste y es el que da título
a este apartado.
Uno de los muchos
bateyes de haitianos que atendemos se llama Sabana Tosa (viene de sabana, sin
acento, como las de África, y de Tosa, el nombre del río que pasa cerca). Pues
bien, llevaba tiempo sin ir por las múltiples ocupaciones. Recientemente pude
pasar por allí y me entero que prácticamente el batey entero se ha hecho
“evangélico” (“convertios” los llaman aquí)
y al preguntar que por qué, esa fue la explicación
simple y rotunda que me dieron: “porque pensábamos que usted ya no venía,
hacía mucho que usted no venía a darnos Misa y bautizar y estos “hermanos”
vienen siempre y nos traen cosas”. Tenían razón, yo llevaba un tiempo sin
ir y tenían derecho a quejarse de mí. Sé que no he dejado de ir ni porque le
haya dejado de querer ni por vago. No había ido porque con la poca caridad que
tengo todavía, el cuerpo no me da para más.
De aquí una
conclusión muy sencilla: necesito ayuda no sólo económica sino gente, seglares
que quieran venir a evangelizar, no sólo un mes o dos del verano, sino un
tiempo más prolongado.
Ser misionero es
estar en la trinchera. Igual que el hambriento no puede esperar a mañana para
comer, porque hoy tiene hambre, también la gente tiene hambre de Dios y de la
verdad revelada del Evangelio y no puede esperar a mañana. Si no va el
sacerdote, la Iglesia Católica, hoy, quizá mañana sea tarde y se los lleven las
sectas, a quienes yo llamo: “ladrones de almas” y también “mercaderes de la
fe”, porque les compran literalmente, ofreciéndoles comida con la condición de
que asistan regularmente al culto.
Mi último ruego: que
recéis muchísimo para que el Señor mueva el corazón de algún sacerdote que
quiera venir a trabajar conmigo a esta parroquia. Son mil kilómetros cuadrados,
San José de Los Llanos y además sesenta pueblitos entre campos y bateyes.
Vamos todos
caminando juntos por el desierto de la cuaresma, somos UNO en esta
peregrinación de fe y de gracia. Oremos intensamente unos por otros para que en
la noche de Pascua, madre de todas las vigilias, podamos renovar juntos las
promesas de nuestro bautismo y cantar y proclamar unidos junto al cirio
pascual: “¡verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya!” y unidos a
todos los santos podamos felicitar a María: “¡alégrate y gózate, Virgen
María, porque verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya!”.
Os aseguro, como
siempre, una oración y un recuerdo especialísimo ante el Sagrario de la misión.
Padre Christopher